Este texto no tiene ni una pretensión,
escucho en estos minutos el himno de la alegría (Beethoven), la emotividad esta
a flor de piel, el cuerpo absolutamente cansado, pienso en los días anteriores,
también en una cita del poeta Cubano José Martí, esa que habla del decoro.
- Hace aproximadamente 7 meses, un grupo de organizaciones
socio-ambientales nos reunimos en Santiago en un encuentro organizado por el
Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, denominado “Aguante la
Vida”, en ese marco, y durante dos días, intercambiamos nuestras experiencias en
materia ambiental, en particular, los efectos que ha provocado en la vida de las
mayorías sencillas el “vivir sin agua”.
Fueron dos días de relatos conmovedores, todos relacionados con el lucro y la
usura de los recursos hídricos, al finalizar, junto a un grupo pequeño de amigos
circunstanciales, hoy amigos para toda la vida, sostuvimos que algo más debíamos
hacer, en ese momento socializamos la necesidad de decirle al país que un número
importante de hombres y mujeres, estaban dispuestos a ponerse de pié, echar a
andar, y salir a las calles por la recuperación y defensa del agua.
7 meses pasaron, 7 meses de trabajo silencioso y anónimo, no fueron pocas las
desconfianzas que hubo que limar, el interés colectivo prevaleció por sobre los
intereses particulares, la construcción de confianzas fue un proceso que derivó
en más de 120 organizaciones apoyando la marcha nacional por el agua, y
suscribiendo el documento que sintetizó las demandas de los territorios y las
comunidades organizadas, fin al lucro, propiedad colectiva y gestión comunitaria
del agua, fin a los instrumentos privatizadores, leyes para los ecosistemas
fragilizados y nueva institucionalidad hídrica, ahora parece sencillo, pero la
estructuración y formato definitivo del documento, fue el resultado de varias
semanas de trabajo y revisión.
22 de abril, día de la tierra, día de la
Marcha Nacional por el agua, y no fue casual el día escogido, la carga simbólica
tiene que ver precisamente con volver a unir la tierra con el agua.
Lo
pensamos como una Marcha Nacional, y eso debía ser, una marcha, las
Organizaciones del Sur definieron marchar desde Linderos, las del Norte desde
Til-Til, ambas para confluir en Santiago, nuestra ambición era que el acto
central fuera en la plaza de la ciudadanía, pero la Intendencia de la región
Metropolitana, 3 días antes negó el permiso, y a cambio, ofreció la plaza de los
Héroes, lugar donde finalmente las Organizaciones confluimos pacíficamente y sin
aceptar provocaciones.
Como dirigente de Modatima, y en mi calidad de
ser uno de los voceros de la Marcha Nacional por el agua, me correspondió
marchar desde Til-Til, específicamente desde la localidad de huertos Familiares,
adonde arribamos el día Sábado 20 de Abril a las 18:00 horas.
La llegada de los hombres y mujeres del Norte fue lenta, sin embargo con el paso
de las horas el ambiente empezó a cambiar, la comida, el intercambio de
experiencias y expectativas, distendió a los que allí estábamos, lo que
finalmente nos envió a dormir, al amanecer del día domingo 21, y en la previa a
la partida, todos y todas nos reunimos en el comedor del liceo de Huertos
Familiares, donde para ser justos, fuimos atendidos con respeto y cariño,
Mauricio Ríos Dirigente del Valle del Huasco rompió el silencio, y señaló el
recorrido de la marcha, Luis Soto dirigente de MODATIMA, y responsable de la
seguridad, dio a conocer los criterios que se seguirían en el trayecto y en cada
una de las detenciones, a mí me correspondió dar a conocer los objetivos de la
marcha y la arenga antes de partir, habíamos constituido un equipo.
Aproximadamente 100, entre hombres y mujeres fuimos los que iniciamos la marcha
la mañana del día Domingo 21 de abril del año 2013, escoltados durante todo el
trayecto por Carabineros, al principio partimos muy ensimismados, tal vez
pensando en la locura que se nos había ocurrido, cada cierto tiempo rompíamos el
silencio con algún grito en contra de las mineras, o recordábamos que el agua
era un derecho y no un privilegio, transcurridos 5 o 6 kilómetros aparecieron
los tambores y los cánticos, en unos pequeños vehículos llegaron para sumarse a
la marcha varios Hare Krishna los que a la postre fueron un incentivo
fundamental para continuar adelante.
El primer tramo fue Huertos Familiares-Batuco, las bocinas de aliento se
repetían en el trayecto, algunos vecinos tímidamente salían de sus casas a
saludar, todo muy dentro del orden presupuestado por Carabineros, sin embargo al
llegar al peaje de Lampa dimos una muestra del espíritu y la decisión que nos
embargaba, desplegamos los lienzos y por más de 20 minutos nos tomamos
literalmente varias cajas del peaje, ante la mirada atónita de los carabineros,
de ahí a Batuco donde las organizaciones sociales nos esperaban con fruta,
proteínas y agua.
Después del descanso, nuevamente a la carretera, esta
vez hasta Quilicura, tal vez el tramo más largo, con un sol otoñal sobre
nuestras cabezas, que de otoñal no tenía nada, marchábamos, seguían las bocinas
de apoyo, y cuando las fuerzas nos abandonaban, aparecían nuevamente los
cánticos, aún en la carretera, y a la entrada de Quilicura, un grupo de vecinos
organizados nos recibió con aplausos, agua y helados, la primera emoción fuerte
de la marcha y la sensación inmensa de que no estábamos solos.
Al llegar
a Quilicura los organizadores de nuestra recepción nos solicitaron pasar por la
plaza de la comuna ya que allí se celebraba un acto por el día de la tierra, me
correspondió hacer uso de la palabra para explicarle a la comunidad el objetivo
de la marcha Carnaval por la recuperación y defensa del agua.
Una vez
más, esta vez en la comuna de Quilicura fuimos muy bien recibidos por las
organizaciones sociales, las que en una sede habían preparado un acto cultural,
que incluía comida, frutas y agua para los caminantes.
La noche del domingo 21 de Abril dormimos en el gimnasio Municipal de Quilicura,
los 36 kilómetros de marcha habían hecho estragos en la gran mayoría de los
hombres y mujeres, dolores en las articulaciones, plantas de los pies heridas,
dolores varios, sin embargo, todos y todas teníamos la convicción de llegar
hasta el final, sabíamos que a Quilicura iban a llegar delegaciones de distintas
partes del norte, sin embargo, el sueño nos venció, al amanecer del 22 de Abril,
y al mirar a nuestro alrededor, nos dimos cuenta que el número de hombres y
mujeres había aumentado exponencialmente.
Repetimos el rito en el centro del gimnasio, Mauricio Ríos señaló la ruta, e
insistió que el objetivo era llegar a plaza Los Héroes, a mi me correspondió la
arenga final.
Antes de reiniciar la marcha nos dimos cuenta de que
numéricamente habíamos cambiado, los medios radiales nos llamaban
insistentemente, repetíamos las cuñas, “32 años de lucro y usura con el agua de
todos y todas es demasiado tiempo”, “queremos que las aguas sean un derecho
humano”, “que las aguas vuelvan a ser un bien nacional de uso y dominio
público”, “fin al código de aguas”, “queremos que las aguas sean de propiedad
colectiva”.
Cuando reiniciamos la marcha desde Quilicura hacia la Plaza
los Héroes, -14 kilómetros más-, la mañana del 22 de abril, sólo en ese momento
nos dimos cuenta de lo que esto iba a significar, la escolta policial nos llevó
por la caletera de Vespucio, cortando por diversos atajos, siempre por lugares
poco transitados, sin embargo cuando llegamos a Vivaceta la cosa cambió, la
gente salía de sus casas y nos saludaba, los trabajadores de la construcción
alzaban sus puños y sus palas, la columna se incrementaba, los bocinazos se
repetían, los niños saludaban, y al llegar a Mapocho la emoción simplemente nos
hizo un nudo en la garganta, en Mapocho se sumaron miles, se lleno de lienzos,
cánticos, fotógrafos, medios radiales, televisivos, sólo atinamos a abrazarnos.
Al pasar por el costado de la estación Mapocho y frente a Aguas Andinas el
fervor creció, ahora la columna del norte estaba constituida por miles de
hombres y mujeres, todos y todas demandando agua para sus comunidades y
territorios, la entrada a la Alameda por Cumming fue simplemente increíble, eran
cuadras y cuadras de lienzos, banderas y cánticos.
Habíamos llegado a la
plaza de los Héroes, miles inundaban la Alameda, las heridas y los achaques se
habían olvidado, al momento de hablar en la plaza señalamos que este era un
mensaje para el país, el decoro estaba presente, y la lucha por la recuperación
y defensa del agua instalada.
Las fuerzas policiales tenían fuerzas y
medios suficientes para la represión, sin embargo una mayoría sencilla y
decidida optó por ignorarlos completamente, el protocolo de seguridad había
establecido que los voceros podíamos pasar a la Moneda a entregar la demanda del
movimiento social que lucha por el Agua, al traspasar los piquetes de Fuerzas
Especiales nos tomamos fuertemente del brazo, y caminamos hacia el corazón
financiero y político del país, no sin antes gritar durante el trayecto nuestras
consignas.
Al ingresar el documento en la oficina de Partes nos
preguntaron que era lo que queríamos solicitarle al Presidente, y con fuerza
dijimos “QUEREMOS QUE EL AGUA SEA UN DERECHO HUMANO”.
En la suma total,
fueron 50 kilómetros desde Til-Til ha Santiago, 50 kilómetros de Dignidad y
Coraje, 50 kilómetros que hicimos hombres y mujeres de distintas localidades, ni
siquiera nos preguntamos los nombres, con algunos nos conocíamos a propósito de
todo el trabajo previo, pero al finalizar este relato, me quedo con el abrazo
final de un hombre curtido por el sol del Norte y con quién marche los 50
kilómetros “ DESPUÉS DE ESTO SOMOS HERMANOS Y COMPAÑEROS PARA TODO LO QUE NOS
RESTA DE VIDA”.
Por
Rodrigo MundacaVocero Marcha Nacional por
el Agua, sólo uno más…