El lunes 11 de noviembre la Dirección General de Aguas,
ubicada en Morandé 71, en pleno centro cívico de Santiago, recibió la visita
del Agua, que se apersonó para entregar una carta al director de la
institución, Francisco Echeverría, en repudio por el desdén con que se trata a
las comunidades que cuidan, defienden y difunden la importancia de proteger el
agua para las actuales, pero también para las futuras generaciones.
En un sobre azul, el agua le extendió una carta a la
autoridad, increpándola por haber rechazado reunirse con decenas de comunidades
que habían solicitado hace más de un mes una audiencia con el director para
este día para conocer el estado de situación de la crisis hídrica en sus
territorios. La indignación de agua, se sustentaba fundamentalmente en la
arrogancia descriteriada de constituir y otorgar derechos de agua, cuando la
única que tiene derechos sobre el agua es la vida.
La DGA no ha hecho bien su trabajo, las cuencas van
perdiendo aceleradamente su posibilidad de recarga y esto es porque se ha
distribuido con criterios de mercado un bien común que la vida regala. Cuencas
como la de Coronel se sobreexplotan en casi un 1000%, ríos como el Loa o el
Copiapó están secos por entrega irracional de agua a las mineras, mismo destino
que le quieren imponer al Huasco o al Aconcagua. Cuencas como las de Petorca
enfrentan el agrietamiento por mala distribución, privilegiando a los grandes
políticos y empresarios, por sobre los campesinos locales. Esto mismo se repite
sistemáticamente a lo largo de todo Chile, cuando son las transnacionales
mineras, son las empresas forestales, las agroalimentarias, las energéticas,
generando un cuadro de depredación sin precedentes para el país.
La actividad se enmarca dentro de los esfuerzos que diversas
comunidades de Chile vienen haciendo para aprovechar la actual coyuntura
electoral, entendiéndola como un contexto estratégico para visibilizar
problemáticas intencionalmente acalladas.
El agua, luego de dejar la carta en el octavo piso del
edificio perteneciente al Ministerio de Obras Públicas, y de decir a viva voz
“el agua sirve para despertar, despierten”, se dirigió, danzando al son de la
música del “Pacto Mundial Conciente” al Paseo Ahumada, donde fue repartiendo
dípticos informativos sobre la situación hídrica del país, tal como diversas
comunidades hicieron en Molina, Temuco, Copiapó, Antofagasta, Arica, Vallenar,
Petorca, Panguipulli, Valdivia, y otros territorios, durante el fin de semana.
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