Los ciudadanos del norte afirmaron que siguen preocupados por la
contaminación del agua potable con arsénico y denunciaron falta de
respuestas por parte de la Superintendencia de Servicios Sanitarios.
Mientras, en todo el país se articulan organizaciones que luchan por la
defensa de las aguas, a las puertas de la gran movilización convocada
para el próximo lunes 22 de abril.
Sin respuesta continúan los habitantes del norte grande, luego que en
diciembre del 2012 la Superintendencia de Servicios Sanitarios diera a
conocer en su reporte de fiscalización habitual que las aguas de nueve
localidades excedían en hasta tres veces los límites de la norma de
arsénico.
El presidente del Comité de Defensa de la Madre Tierra – Tarapacá
(CODEMAT), Arturo Neira, afirmó que, pese a que han realizado una serie
de gestiones, nadie se hace cargo.
En este sentido, el dirigente de la organización ciudadana señaló que
“hasta ahora la superintendencia no nos ha respondido si van a abordar
el contenido de arsénico y sobre las exigencias que van a hacer a la
empresa para disminuir las concentraciones de este material en el agua.
En la entrevista que tuvimos con el gerente general de Aguas Altiplano
nos dijo que se ajustan a la norma”.
La situación es compleja, cuando ya en 2006 el gobierno de Michelle
Bachelet decidió rebajar los niveles máximos de este metal tóxico en el
agua potable de 0.05 a 0,01, pero firmó un decreto supremo que les da
plazo a las empresas hasta el 2017 para ajustarse a esta nueva normativa
que, en la actualidad, permite un promedio de un 0.03 en las aguas, lo
que hoy está ocurriendo.
Por esto es que no existe una respuesta clara de cómo enfrentar este
conflicto mientras se expone a la población. Así lo indicó Gustavo
Masciocchi , habitante de Pozo Almonte y vocero de la Red Provincial de
Protección de la Madre Tierra.
“Nosotros entendemos que sencillamente las autoridades están dando
una respuesta formal sobre el tema, porque se desconoce qué funcionarios
anteriores fueron los que dieron ese plazo a las empresas privadas que
manejan el agua, para que en el 2017 sea el momento en que se resuelva
de manera definitiva el problema del arsénico y de otros contaminantes”,
dijo Masciocchi.
El dirigente reiteró que las autoridades les han propuesto como
solución consumir agua embotellada. Sin embargo, como hace poco confirmó
el toxicólogo de la Universidad de Chile, Andrei Tchernichin, las
aguas minerales se rigen por la norma del 0.05 y carecen de etiquetado,
lo que no resuelve el problema.
Finalmente, Leonardo Maureira del Movimiento Freirina Consciente señaló que esta situación responde a un problema más grande.
“Se han destruido glaciares durante años. En el sur los ríos son
maravillosos y la cantidad de agua que existe, pero esa agua no es
nuestra, esa agua tampoco es de los sureños, esa agua es de privados. El
problema del agua es transversal y tenemos que tomar consciencia de una
vez por todas. Nosotros tenemos que recuperar el agua para los
territorios”, comentó.
Este jueves y viernes se realizarán foros de debate sobre este tema
en la Universidad de Chile, que son parte de la agenda ciudadana previa a
la convocatoria a una gran marcha para el próximo lunes 22 de abril,
acordada en la pasada Cumbre de los Pueblos y que tiene la finalidad de
conmemorar también el Día de la Tierra.
Fuente: Radio Universidad de Chile
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